Howard Hughes
Howard Hughes (24 de diciembre de 1905 – 5 de abril de 1976) fue un magnate excéntrico, un gran aviador y un ingeniero autodidacta de gran inteligencia.
Desde su niñez soñaba con ser piloto, productor de cine y golfista. Excepto en esto último, tuvo éxito en todo lo demás, destacando sobremanera como aviador, ingeniero aeronáutico, productor de cine y empresario. Fue famoso por sus hazañas en el aire, y por haber construido aviones como el Hughes H-1 y el hidroavión Hércules. Sus logros como industrial, y como productor en Hollywood, fueron muy importantes. Por otro lado, sus excentricidades, manías, y su comportamiento lunático en general estuvieron motivados en gran medida por padecer un trastorno obsesivo-compulsivo.
Howard nació en Humble, Texas, el 24 de diciembre de 1905, aunque esa fecha es controvertida para algunos biógrafos. Aunque Hughes afirmaba que nació en la víspera de navidad, según sus expedientes bautismales nació realmente el 24 de septiembre.
Sus padres fueron Howard Robard Hughes y Alene Hughes. Su padre fue un industrial que patentó la broca tricono, que permitía excavar pozos de petróleo antes inaccesibles. En 1909 fundó la Hughes Tool Company para comercializar esta invención. Al heredar este negocio, el adolescente Howard se alió con la firma Baker, formando una de las compañías líderes en aquella materia.
El joven Howard creció fuertemente influenciado y sobreprotegido por su madre, que padecía microfobia, por lo que trataba de aislar a su hijo de todos los gérmenes ambientales. Alene sufría un miedo terrible a los contagios de enfermedades, y así, el niño creció con una percepción hostil del mundo exterior. Su madre Allene le llamaba cariñosamente Soony.
La obsesiva madre mantenía los clásicos rituales victorianos en cuanto al cuidado de la salud de los hijos. Repasaba exhaustivamente el cuerpo desnudo del niño, deteniéndose en los dientes, las orejas, los genitales, los codos y las rodillas. Comprobaba igualmente sus deposiciones. Y a diario se ocupaba también del baño de su hijo, al que frotaba todo el cuerpo con un potente jabón de lejía. Ante cualquier síntoma de fiebre o malestar, acudían varios médicos a la casa familiar para atender al niño, sin importar la hora que fuese.
Que Howard era un niño talentoso y dotado de una notable inteligencia estaba fuera de toda duda; su dolencia TOC iba a ser su peor via crucis. A los 11 años construyó la primera emisora de radio que hubo en Houston. Con ella logró comunicarse con los barcos que surcaban las aguas del Golfo de México. Recogía y grababa los mensajes, e incluso acertó a interpretar que los sonidos obedecían al código Morse, que aprendió en una sola noche. Al día siguiente ya contactaba con los oficiales de los buques.
De su padre, heredó el interés y la inteligencia hacia todas las cosas mecánicas. A los 12 años de edad, fotografiaron a Hughes en el periódico local siendo el primer muchacho de Houston en tener una bicicleta motorizada, que había construido él mismo.
El joven Howard creció fuertemente influenciado y sobreprotegido por su madre, que padecía microfobia, por lo que trataba de aislar a su hijo de todos los gérmenes ambientales. Alene sufría un miedo terrible a los contagios de enfermedades, y así, el niño creció con una percepción hostil del mundo exterior. Su madre Allene le llamaba cariñosamente Soony.
La obsesiva madre mantenía los clásicos rituales victorianos en cuanto al cuidado de la salud de los hijos. Repasaba exhaustivamente el cuerpo desnudo del niño, deteniéndose en los dientes, las orejas, los genitales, los codos y las rodillas. Comprobaba igualmente sus deposiciones. Y a diario se ocupaba también del baño de su hijo, al que frotaba todo el cuerpo con un potente jabón de lejía. Ante cualquier síntoma de fiebre o malestar, acudían varios médicos a la casa familiar para atender al niño, sin importar la hora que fuese.
Que Howard era un niño talentoso y dotado de una notable inteligencia estaba fuera de toda duda; su dolencia TOC iba a ser su peor via crucis. A los 11 años construyó la primera emisora de radio que hubo en Houston. Con ella logró comunicarse con los barcos que surcaban las aguas del Golfo de México. Recogía y grababa los mensajes, e incluso acertó a interpretar que los sonidos obedecían al código Morse, que aprendió en una sola noche. Al día siguiente ya contactaba con los oficiales de los buques.
De su padre, heredó el interés y la inteligencia hacia todas las cosas mecánicas. A los 12 años de edad, fotografiaron a Hughes en el periódico local siendo el primer muchacho de Houston en tener una bicicleta motorizada, que había construido él mismo.
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